Ejército reconoce responsabilidad por omisión en asesinato de dos indígenas Wiwa en 2005

Ejército reconoce responsabilidad por omisión en asesinato de dos indígenas Wiwa en 2005

Este 4 de junio se instaló en el Batallón Cartagena de Rioacha, Guajira, la tercera placa conmemorativa por el asesinato de los indígenas del Pueblo Wiwa de la Sierra Nevada de Santa Marta, Ángel Milquiades y Rafael Darío Loperena Montero, asesinados por paramilitares el 18 de enero de 2005, quienes habrían actuado en connivencia con agentes de la Policía y del Ejército.

Previamente, el 28 de enero y el 28 de mayo, se habían instalado otras dos placas en los batallones La Popa y Rondón, respectivamente, en conmemoración delos mismos hechos y por orden del Consejo de Estado que condenó a la Nación-Ministerio de Defensa, por omisión en estos hechos.

Ángel Milquiades había sido tesorero de la Organización Indígena Wiwa Yugumaiun Tayrona, OWBYT, y Darío Rafael se había desempeñado como maestro de la comunidad Siminke del pueblo Wiwa de la cual se vio forzado a desplazarse hacia Caracolí.

Ma. Felipa Montero, madre de Ángel y Rafael y sus hermanos sobrevivientes

En el año 2005, los hermanos Loperena Montero se habían asociado para dedicarse al cultivo de yuca como medio de subsistencia. La tarde del 18 de enero de ese año, cuando se encontraban departiendo en un local comercial en San Juan del Cesar, fueron abordados y requisados por la Policía. Horas después, al dirigirse a otro establecimiento, hombres armados les dispararon segando sus vidas.


Ma. Felipa Montero, madre de Ángel y Rafael, descubre la placa

Los actos se realizan tres años después de que el Tribunal Contencioso Administrativo de La Guajira condenara a la Polícia Nacional y al Ejército Nacional por la responsabilidad por omisión, ordenando fijar una placa en un lugar visible, en los Comandos de Policía de los municipios de Riohacha y Santa Marta, y en los Batallones Rondón y La Popa en Valledupar, y Cartagena en La Guajira.

En la develación e instalacion de la primera placa, en el Batallón la Popa, se recordaron los hechos y se reconoció la responsabilidad del Estado colombiano por omisión, pues los agentes de la fuerza pública no actuaron para proteger la vida de los dos indígenas pese a tener conocimiento de la presencia de grupos paramilitares y de la situación de riesgo en que se encontraban ellos y sus comunidades.

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Pedro Loperena representante de la OWBYT lee la inscripción en la placa conmemorativa

El homicidio de Ángel y Rafael tuvo como contexto la violencia paramilitar vivida por el pueblo indígena Wiwa al haber sido estigmatizados como colaboradores de la guerrilla de las Farc-EP. Entre 1998 y 2002, como producto de las acciones de la estructura paramilitar autodenominada Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia, se habían documentado en la Sierra Nevada 44 desapariciones Forzadas, 166 ejecuciones extrajudiciales, 92 torturas, 52 secuestros, además de dos masacres y el desplazamiento de al menos 1300 integrantes de pueblos indígenas.

La crisis humanitaria vivida por los indígenas de la Sierra, y en particular contra las pueblos Wiwa y Kankuamo, había sido documentada por la Organización Nacional Indígena de Colombia, -Onic y el Colectivo de Abogados “José Alvear Restrepo” –Cajar quienes solicitaron medidas cautelares a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ordenadas por este organismo en febrero de 2005.

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Segundo Vicente hermano de Ángel y Rafael Loperena Montero

En su fallo, el Tribunal de la Guajira ordenó como garantía de no repetición, que la Fiscalía General de la Nación reabra el proceso penal que se encuentra en la más completa impunidad. También enviar copia íntegra y auténtica de la sentencia y de la parte resolutiva, mediante una circular conjunta que debe llevar las firmas del titular de la cartera del Ministerio de Defensa, del Comandante General de las Fuerzas militares, de cada uno de los comandantes de la fuerza (Ejército-Armada- Fuerza Aérea) y del Director General de la Policía Nacional, a las diferentes Divisiones, Brigadas, Batallones, Comandos y Estaciones de cada una de las dependencias que integran la fuerza pública que operan actualmente en el país, con el propósito de que se instruya acerca de las consecuencias, responsabilidades y sanciones que para el Estado colombiano representan y/o generan conductas u omisiones como las que dieron lugar a estos hechos.

A pesar del avance en el cumplimiento del mandato, Pedro Loperena, lider indígena de la Organización Wiwa Yugumaiun Bunkuanarrua Tayrona, asegura que el proceso ha sido lento, no solo por las dificultades logísticas que se han presentado en la instalación de la placas sino porque el reconocimiento de la omisión por parte de agentes del Estado ha sido dificil, debido a que “algunos funcionarios del Ministerio de Defensa no aceptan ese tipo de hechos”

Sin embargo, a pesar de que la impunidad siga estando presente para el pueblo Wiwa, puesto que son muchos los casos de ejecuciones extrajudiciales que aún no han sido resueltos, para el Comisionado la instalación de las placas contribuyen a la reparación de la comunidad, sin que ello implique cesen los esfuerzos para que ese tipo de hechos sean investigados penalmente y para que se le reconozcan las medidas apropiadas para garantizar la pervivencia del pueblo Wiwa.


María del Pilar Silva Garay, abogada de las víctimas, integrante del Cajar
El Colectivo de Abogados “José Alvear Restrepo” -Cajar, ha realizado el acompañamiento jurídico en instancias nacionales e internacionales aal pueblo indígena Wiwa.

Hasta este momento han sido develedas tres de las cinco placas que fueron ordenadas. La última fue instalada en el Batallón Cartagena el 4 de junio de este año.

Finalmente, la deuda más importante para con el pueblo Wiwa es respecto a la justicia. Aun falta por identificar a todos lo actores involucrados. Con este fin, el Consejo de Estado ordenó a la Fiscalia celeridad en la investigación de estos crimines, “puesto que se trata de una grave violación de los derechos humanos como del derecho internacional humanitario”. Cabe recordar que los hechos ocurrieron bajo la comandancia del recien ascendido General Nicacio de Jesús Martínez Espinel, hoy comandante del Ejército.

Para escuchar la entrevista completa del lider Pedro Loperena:

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