Esta es una sociedad carcomida por la corrupción de las clases dominantes que se enriquecen de forma desvergonzada con el despojo y la explotación de las gentes humildes, donde los indices de desigualdad crecen de forma alarmante y la salud es un privilegio al que solo acceden los mas ricos, generando un creciente crecimiento de descontento popular expresado en organizaciones de lucha social, pero también en delincuencia común, violencia, perdida de valores y destrucción del tejido social. Para combatir este descontento y sus manifestaciones, los gobernantes han utilizado la violencia y el terror como estrategia y parte fundamental de esta, ha sido la cárcel el mecanismo “disciplinador” por excelencia.
Asi, las comunidades y sus dirigentes que hoy como ayer, luchan por sus reivindicaciones de genero, cultural, político, económico o social, terminaron pasando por las cárceles sindicados o condenados por es execrable crimen de buscar una mejor sociedad, mas justa e incluyente que le arrebate los privilegios a los poderosos para socializarlo en las mayorías. En las cárceles hoy, encontramos una población que sea cual sea su delito no es mas que el resultado de las diversas exclusiones que el actual sistema genera y profundiza; este encuentro entre las diversas formas de resistencia al sistema se dan en un ambiente de terror generados por el Estado a través de sus elevadas penas y agravado de manera violenta con el hecho de vivir hacinados, sin salud, mala alimentación, espacios no óptimos para laborar y estudiar, mucho menos para lo que ellos llaman resocialización.
Por lo antes expuesto, hacemos un cordial llamado al movimiento social en su conjunto, para que vea la lucha carcelaria como parte fundamental en sus reivindicaciones, todo porque tarde o temprano los puede tocar producto de la criminalizacion de la protesta social y del pensamiento critico: ademas por con su apoyo se esta luchando contra uno de los mecanismos oprobiosos de reprimir al pueblo; cada centavo invertido en una cárcel, es dinero que se le quita al desarrollo y que se da a los poderosos para mantener sus privilegios. Por eso aunemos nuestras voces y esfuerzos en pro de una sociedad que no necesite la cárcel como mecanismo de subordinación.
Movimiento Nacional Carcelario. Somos pueblo tras las rejas.