Desde abril de 2013, ha habido más de 900 sismos en las veredas de Puerto Gaitán, cada vez de mayor magnitud en comparación con los apenas 11 que se presentaron antes de ese año y desde 1993. Al contrastar la localización de las plataformas donde se reinyecta el agua con los sitios de sismos, se constata una coincidencia temporal y geográfica con una precisión que deja poca duda de que los sismos provienen de las actividades desarrolladas en los bloques petrolíferos.
El Comité Ambiental de Puerto Gaitán, Meta, con el apoyo de la Corporación Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, Cajar, interpuso una acción civil popular para reclamar los daños y riesgos por sismos generados por la producción petrolera de la multinacional canadiense Pacific Rubiales y para exigir regulación y control por parte de las autoridades colombianas.
Las comunidades afectadas han solicitado como medida cautelar al Tribunal de Cundinamarca la suspensión de las reinyecciones en el campo Rubiales, hasta que las empresas y autoridades ambientales establezcan las causas de los sismos y tomen medidas adecuadas, que puedan garantizar la permanencia de las comunidades en su territorio, permitiendo su tranquilidad y una vida digna.
Desde abril de 2013, en contraste con los apenas 11 que se presentaron antes de ese año y desde 1993, ha habido más de 900 sismos en las veredas de Puerto Gaitán, cada vez de mayor magnitud. Al contrastar la localización de las plataformas donde se reinyecta el agua con los sitios de sismos, se constata una coincidencia temporal y geográfica con una precisión que deja poca duda de que los sismos provienen de las actividades desarrolladas en los bloques petrolíferos.
En esta animación se observa el aumento de la sismicidad.
https://swaustrish.cartodb.com/viz/ae14f822-ea23-11e5-8239-0e3a376473ab/embed_map
Para producir aprox. 215mil barriles de petróleo en los campos petroleros de Rubiales y Quifa, la empresa genera cerca de 5 millones de barriles de agua tratada al día, que en un 80% son reinyectados a formaciones geológicas. Las actividades de reinyección de aguas han demostrado una fuerte asociación con un aumento en los sismos en la zona, produciendo hasta 3 sismos diarios llegando a una magnitud cercana a 5 en la escala Richter.
Los sismos en Puerto Gaitán perturban la tranquilidad de las comunidades, despertándoles en las noches y dejando daños en sus casas. Así mismo, el aumento en la sismicidad coincide con una reducción de las fuentes de agua y caudales de los ríos. De esa manera, la sismicidad inducida pone en gran riesgo el bienestar de las comunidades, el medio ambiente y la infraestructura sensible como oleoductos y tanques de almacenamiento.
A pesar de que el Ministerio de Minas y Energía cuenta con regulaciones en relación con la sismicidad que puedan generar reinyecciones en campos no-convencionales, en particular para el llamado fracking, todavía no existe una reglamentación adecuada para mitigar los riesgos de esas inyecciones en campos convencionales como los campos petroleros en cuestión.
El Ministerio alega que la regulación no aplica para yacimientos convencionales, sin que existan razones de fondo que justifiquen la falta de control y prevención, así que se ha negado monitorear la situación y regular a Pacific Rubiales. Las comunidades afectadas, sin embargo, exigen que se aplica el principio de precaución hasta que se prueba que las actividades petroleras no estén relacionadas a la sismicidad.
Esta situación se ha presentado también en Estados Unidos donde varios científicos, como también el USGS (servicio geológico de los EEUU), han establecido la relación directa entre estas prácticas de reinyección de aguas con la sismicidad inducida. Actualmente, la organización Sierra Club ha presentado una acción civil popular, con el fin de alertar a las autoridades sobre los daños y riesgos que estas tecnologías representan para los ecosistemas y la seguridad humana. Estas acciones jurídicas están encaminadas a la protección de los derechos colectivos cuando éstos se encuentran bajo peligro o amenaza.
Vídeos – Voces sobre los pasivos ambientales y sociales que deja Pacific a la Nación